Mi historia de amor incondicional comienza (hace lustros) tan pronto nos conocemos.
Es sin duda, mi estilo decorativo por excelencia.
El llamado estilo escandinavo o nórdico es propio de Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia.
Surgió influenciado por el clima, la localización geográfica y también por los colores de sus paisajes y tradiciones locales.
La escasa luz natural y los prolongados inviernos obligan a que los interiores sean amplios y luminosos, aprovechando al máximo la entrada de luz natural con grandes ventanales, techos altos, habitaciones espaciosas y el uso de colores claros.
Por este motivo el color dominante es el blanco, seguido de una paleta de colores generalmente en tonos neutros.
Las maderas más utilizadas son las claras: abedul, haya, roble...ya que son las que más calor aportan. Se encuentran en paredes, encimeras, suelos...
Los muebles suelen ser de líneas rectas o ligeramente curvadas, también en maderas claras o pintada de algún tono pálido. Es habitual combinar piezas antiguas con otras de diseño más actual, mezclar lo tradicional con lo moderno para lograr ambientes característicos.
Uno de los objetos decorativos más frecuentes son los espejos, de nuevo con el fin de aprovechar al máximo la luz natural. Y para transmitir sensación de calidez, lámparas, velas, jarrones de porcelana o vidrio constituyen un complemento fundamental a la decoración.
Por cierto, preciosa costumbre la de inundar los hogares con flores naturales.
Para romper la monotonía cromática, uno de los complementos más utilizados son alfombras y cojines. Diseños geométricos, cuadros, rayas, estampados...introducen colores fuertes y vibrantes, pura energía.
Los tejidos preferidos para decorar salón y dormitorios son el lino y algodón.
Hogares de gran belleza, iluminan las almas cálidas durante los oscuros meses de invierno.
Por cierto, en la familia tenemos una hermosa casa danesa, si algún día me dan permiso os la enseño.
Es sin duda, mi estilo decorativo por excelencia.
El llamado estilo escandinavo o nórdico es propio de Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia.
Surgió influenciado por el clima, la localización geográfica y también por los colores de sus paisajes y tradiciones locales.
La escasa luz natural y los prolongados inviernos obligan a que los interiores sean amplios y luminosos, aprovechando al máximo la entrada de luz natural con grandes ventanales, techos altos, habitaciones espaciosas y el uso de colores claros.
Las maderas más utilizadas son las claras: abedul, haya, roble...ya que son las que más calor aportan. Se encuentran en paredes, encimeras, suelos...
Los muebles suelen ser de líneas rectas o ligeramente curvadas, también en maderas claras o pintada de algún tono pálido. Es habitual combinar piezas antiguas con otras de diseño más actual, mezclar lo tradicional con lo moderno para lograr ambientes característicos.
Uno de los objetos decorativos más frecuentes son los espejos, de nuevo con el fin de aprovechar al máximo la luz natural. Y para transmitir sensación de calidez, lámparas, velas, jarrones de porcelana o vidrio constituyen un complemento fundamental a la decoración.
Por cierto, preciosa costumbre la de inundar los hogares con flores naturales.
Para romper la monotonía cromática, uno de los complementos más utilizados son alfombras y cojines. Diseños geométricos, cuadros, rayas, estampados...introducen colores fuertes y vibrantes, pura energía.
Los tejidos preferidos para decorar salón y dormitorios son el lino y algodón.
Imágenes: Bienes Alvhem & Interiors |
Por cierto, en la familia tenemos una hermosa casa danesa, si algún día me dan permiso os la enseño.
Una explicación muy buena,no es de extrañar que este tipo de viviendas esten de moda son ideales.
ResponderEliminarMe encantará ver la casa familiar.
Gracias Mireia
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por tu visita Mireia, me ha encantado esta entrada y veo que compartimos la pasión por las casa nórdicas
ResponderEliminarSaludos
Cecilia